miércoles, 26 de marzo de 2014

EL GUARDIÁN INVISIBLE, de Dolores Redondo


DATOS PRÁCTICOS:

Título: EL GUARDIÁN INVISIBLE
Autora: Dolores Redondo
Editorial: Destino
ISBN: 978-84-233-4198-6
Páginas: 440                        
Colección: Áncora & Delfín
Presentación: Rústica con solapas




Creo que a estas alturas, a nadie voy a sorprender hablando de esta novela que, desde el momento de su publicación en enero de 2013, se convirtió en todo un éxito de ventas con el consiguiente boom en la blogosfera, hasta el punto de que lo dejé de lado, esperando el momento en que el furor amainara y así poder leerlo sin que las altas expectativas que generó me afectasen para mal, como suele ocurrir con más de un bestsellers.

Y si a eso le añadimos que tengo la firme intención de superar uno de los retos a los que me apunté a principios de año, 12 meses, 12 libros, en el que su organizadora nos insta a leer aquellos libros que llevan durmiendo en nuestras estanterías más de un año, ¿qué mejor que este ejemplar para poner otro granito de arena y que Carmina no la tome conmigo?



LA AUTORA:

Sobre la autora, a continuación os transcribo la biografía que nos brinda la editorial en la solapa interior:

Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969) estudió Derecho y Restauración gastronómica, y durante algunos años se dedicó a distintos negocios. Comenzó escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles, y la novela Los privilegios del ángel. Vive en la ribera navarra, donde ya está escribiendo su próxima obra con la inspectora Amaia Salazar como protagonista y que es la segunda entrega de su trilogía del Baztán. El guardián invisible es ya un fenómeno editorial con su próxima publicación en diez lenguas y la venta de los derechos cinematográficos al mismo productor que apostó por la trilogía Millennium, de Stieg Larsson.



ARGUMENTO:

Aunque normalmente cuando escribo una reseña suelo redactar mi propia sinopsis, en esta ocasión prefiero transcribir la realizada por la editorial, ya que plasma los aspectos más significativos de la historia sin desvelar datos esenciales que puedan fastidiar el interés de futuros lectores:

«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»

En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás.

La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado dehuir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte”.




IMPRESIONES:

Os comentaba al principio que nada más publicarse este libro llegué a sentir un auténtico empacho al ver la blogosfera cuajada de reseñas poniéndolo por las nubes, en la mayoría de los casos, hasta el punto de dejarlo apartado esperando que se me pasasen los efectos, no fuese que las altas expectativas me cegaran para mal. Y si al efecto blogosfera se añadía la gran campaña de promoción realizada por la editorial semanas antes de que viese la luz novela, que en cuestión de pocos meses no sólo consiguió que se vendieran más de cien mil ejemplares, sino que vendieron los derechos de traducción a diecisiete países, así como los cinematográficos a Peter Nadermann, el productor de la trilogía Millennium, de Stieg Larsson, estaba claro que nos encontrábamos ante todo un fenómeno literario que, en nuestro país, no suele darse muy a menudo.

No negaré que El guardián invisible me pareció, a simple vista, una novela atractiva en cuanto a argumento. En principio, aunque soy lectora de todos los géneros, la novela negra me seduce más que cualquier otro género exceptuando la histórica. Y ahí me llevé el primer palo, porque me la vendían como negra y lo que se dice negra, no lo es mucho. Pero bueno, no todas tienen por qué serlo, también me atraen las policíacas y esta, en ese sentido, sí puede catalogarse como tal. A fin de cuentas, todo comienza con un asesinato que enseguida se relaciona con otro anterior por el modus operandi en que se desarrollan y por cómo se descubren los cadáveres. Y todo apunta a que el actor de ambos es un asesino en serie. Si a eso le añadimos ciertas dosis de misterio relacionados con la mitología vasca y un entorno precioso, pues estupendo, porque ya tiene todos los ingredientes para gustarme.

El problema que he encontrado es que a medida que iba leyendo, las sensaciones que recibía no me convencían del todo, pues se trata de una novela veleidosa por momentos. No acierto a dilucidar si es por una cuestión semántica, ya que la prosa utilizada es demasiado sencilla en cuanto a la construcción de sus frases y yo esperaba algo más o porque -dejando de lado el género de la novela, que en principio creía negra pero que se queda en policíaca como comenté anteriormente-, flojea bastante en lo referente a la investigación de los asesinatos que en algunos momentos parece secundaria.

También es verdad que he encontrado otros aspectos por los que la lectura se me ha hecho amena. Me refiero a todo lo que rodea a la familia de Amaia Salazar, con la que se reencuentra al trasladarse a su pueblo natal, Elizondo, ya que es allí donde se han producido los asesinatos que tiene que investigar. Aparentemente, Amaia es una mujer fría, dura e inteligente que al estar rodeada de hombres en su trabajo parece que tiene que demostrar su valía continuamente, independientemente de su experiencia y formación más que esmerada (licenciada por el FBI entre otras lindezas), algo que me ha parecido un cliché puro y duro, aunque no el único de la novela.

En cuanto a los personajes, Amaia Salazar es la protagonista indiscutible y la mejor dibujada. Arrastra un fuerte trauma de la infancia que desde entonces le quita el sueño y que al volver a Elizondo se intensifica, aunque no por ello dejará de intentar, al menos, rehuir los machetazos de la memoria. Después estaría su núcleo familiar en el que todos parecen esconder algo: sus hermanas Flora y Rosaura –la noche y el sol en cuanto a personalidades, ya que una es dominante y subestima todo lo que se menea y la otra es una pobre infeliz a la que le ha costado Dios y ayuda tomar las riendas de su vida primero por haberse casado con un frescales y después al separarse de él- y su tía Engrasi, una afable anciana cuyo único aliente es el de mantener a la familia unida a pesar de las eternas riñas familiares entre las hermanas. Respeta las tradiciones y la mitología de su tierra y es echadora de cartas. Sin embargo, los hombres de la familia, así como el esposo de la investigadora –demasiado pluscuamperfecto para mi gusto- o los compañeros de trabajo de esta, quedan bastante desdibujados.

Aunque os comenté anteriormente que la prosa de Dolores Redondo me pareció bastante sencilla, que abusa de oraciones bimembres cuyo nexo suele ser una proposición adversativa que acostumbra a corregir a otra, tiene el aliciente de que los adornos innecesarios brillan por su ausencia y dan agilidad al relato. Los diálogos son también bastante sencillos y en ocasiones irrelevantes, destacando más las descripciones. Dividida en cuarenta y tres capítulos, la historia está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente de manera cronológica y lineal, aunque de vez en cuando, en algunos capítulos, distinguiremos unos párrafos en cursiva donde la autora nos remitirá a un momento decisivo de 1989 cuando la protagonista era tan sólo una niña: un suceso que la estigmatizó para siempre y que nos permitirá entender las razones de esas pesadillas recurrentes.

De cualquier modo, hay dos aspectos de esta novela que me han gustado por encima de todo lo demás:

- Por un lado, la vuelta de Amaia Salazar a su Elizondo natal me ha permitido disfrutar de estos bellos parajes a los que me encantaría volver algún día. Ese pueblo señorial situado en el centro del Valle del Baztán que apenas supera los tres mil habitantes es el marco elegido para que se desarrolle la acción. Y junto a la protagonista hemos paseado por sus calles y admirado sus edificios, disfrutado de su gastronomía y de sus costumbres.

- Por otro lado estaría el tema de la mitología vasco-navarra. No negaré que me daba cierto reparo comprobar cómo se las apañaría la autora en este sentido sin pecar de fantasiosa. Y la verdad que no ha estado nada mal. Yo sabía poco acerca de las leyendas de estas tierras, -recuerdo que Inma Chacón ya nos habló de Mari en su novela Tiempo de Arena- y me atrajo enormemente el tema de las brujas, pero no puedo negar que la figura que más me ha atraído es la del basajaun, por lo que representa y que lógicamente me negaba a creer que pudiese tener algo que ver con la maldad que representaba el que alguien lo hubiese relacionado con los asesinatos.




ENLACES DE INTERÉS:

Blog oficial de Dolores Redondo

  
Si quieres leer el primer capítulo de la novela, pincha en este enlace.



Booktrailer de la novela:






CONCLUSIONES:

El guardián invisible es una novela interesante en cuanto a escenarios y por todo lo que rodea a la familia de Amaia Salazar, en particular la profundidad con la que se abordan ciertos sucesos del pasado que hostigan a la protagonista o el turbador ambiente que se respira en Elizondo, la pequeña localidad navarra, situada en pleno Valle del Baztán, que bucea entre lo onírico y lo ilusorio, aunque lo referente a la investigación de los asesinatos me ha parecido más flojo, quedando desdibujado en algunos aspectos.



martes, 18 de marzo de 2014

OPERACIÓN PRINCESA, de Antonio Salas


DATOS PRÁCTICOS:

Título: OPERACIÓN PRINCESA
Autor: Antonio Salas
Editorial: Temas de Hoy
ISBN: 978-84-9998-155-0
Páginas: 704
Colección: TH Novela
Presentación: Rústica con solapas





Hace unos días, no sé si lo recordaréis, los informativos de las cadenas generalistas de este país se hacían eco de una noticia: la paliza que una niña de trece años de Sabadell daba a otra de la misma edad y en donde nadie de los allí presentes hizo nada por parar semejante muestra de brutalidad, excepto grabar el vídeo pertinente para posteriormente pasarlo de móvil a móvil entre los jóvenes de la localidad. Y si me percaté de que todas las cadenas lo emitían, tanto a mediodía como por la noche, fue porque iba cambiando de un canal a otro para no ver las imágenes. No voy a negar que sentí asco y repugnancia, porque no entiendo la necesidad de los medios de comunicación por dar tanta visibilidad a la violencia, cuanto más morbosa, mejor. Y eso me llevó a plantearme si con esta actitud no estarán intentando vacunarnos contra todo sentimiento natural que represente algún tipo de empatía a favor de quienes lo pasan mal, los más desfavorecidos. Raro es el telediario que no se despacha con una buena dosis de muertes, guerras, dolor o hambre para que nada nos afecte y parezca que lo que vemos es lo más natural del mundo, que está a la vuelta de la esquina y que nada nos va a sorprender porque ya está todo inventado en cuanto a maldad humana. ¿Qué vemos que en una redada en un prostíbulo han detenido a un montón de prostitutas? Nos quedamos igual y alzamos la voz es por lo degenerado que está el mundo; ¿qué detienen a un grupo de proxenetas? Más de lo mismo, sin distinguir en quien es la víctima y quien el verdugo. Si hablamos de casos de corrupción, hay tantos que ya no reparamos si nos hablan de unos o de otros, nos limitamos a pensar que los políticos (así, a granel) son todos unos corruptos y seguimos a lo nuestro. Eso sí, cada cuatro años, votamos y los mismos de siempre consiguen su escaño en el Congreso, Comunidad o Ayuntamiento y a otra cosa, mariposa.

Por eso, de vez en cuando, sólo de vez en cuando, aparece un mirlo blanco que a pesar de nuestras reticencias consigue remover nuestras conciencias o nuestras entrañas, publicando algún libro que no nos deja indiferente aunque para recabar su información se haya jugado la vida tantas veces como haya sido necesario para ofrecernos una visión fidedigna de lo que se maquina en las cloacas de la sociedad. 

El hecho de que este libro se presente como novela en vez de ensayo como en sus anteriores entregas se debe a que en el año 2012 el Tribunal Supremo prohibió mediante sentencia el uso de la cámara oculta en periodismo, por lo que su documentación quedaba anulada a efectos legales.

Hablo de Antonio Salas ¿le conocéis?




EL AUTOR:

Antonio Salas es el seudónimo de un (re)conocido periodista de investigación que desde hace más de una década se ha infiltrado en diferentes grupos criminales para después desvelar en sus libros los secretos mejor guardados. Ha recibido todo tipo de amenazas de muerte por ello, de ahí que tenga que mantener oculta su identidad.

Su primer libro: Diario de un skin, publicado en 2003, narra las vivencias de un periodista de investigación que parapetado en una identidad falsa y teniendo como arma una cámara oculta, se hace pasar por un skinhead, inflitrándose en un movimiento neonazi, aportando una estimable información en el macrojuicio celebrado en nuestro país en 2009 contra la organización Hammerskin. Después llegaría el no menos controvertido El año que trafiqué con mujeres, que como bien indicaba su título, aludía a las redes de trata de blancas y el sórdido mercado del sexo, que desencadenó una nueva investigación tanto en España como en México. Sin embargo, su investigación más intrépida llegaría en 2010 con la publicación de El palestino, ya que el autor se infiltra y convive con algunos de los más temidos terroristas internacionales, entre ellos El Chacal o Arturo Cubillas, entre otros.



ARGUMENTO:

Álex es una chica sencilla, que estudia Químicas en la Universidad de Bogotá y por las tardes trabaja en una zapatería del Centro Comercial Andino para ayudar a su madre que, desde que se quedó viuda, a duras penas puede sobrevivir con la exigua pensión con la que cuentan, más si encima tienen que seguir pagando la vivienda en la que residen.

Pero un buen día unos sicarios de la droga se cruzan en el destino de su novio, salpicándola aún sin tener nada que ver en ello. Resulta que él llevaba más de un año trabajando para un cartel de la droga sin habérselo comentado. Tras ejecutarle en plena calle, a ella se la llevan a un viejo almacén con la intención de violarla y matarla posteriormente. Pero consigue huir de allí recurriendo a sus conocimientos en química y su inteligencia. Inmediatamente después corre a refugiarse en su casa, pero sabe que allí no estará segura por mucho tiempo y queriendo dejar a su madre al margen, escuchará a su prima Paula Andrea a quien le han ofrecido un contrato de trabajo en España y mil euros de anticipo. Viajará con ella para poner tierra de por medio durante un tiempo.

En el aeropuerto conocerán a otra joven, menor de edad, que viaja en las mismas circunstancias que ellas y una vez en Barajas, serán recogidas por la organización, que las llevará a un burdel ubicado en las afueras de Lugo. Allí tendrán que prostituirse hasta cancelar la deuda contraída con ellos.

Pero Álex tiene claro que algún día saldrá de aquella cárcel, prometiéndose a sí misma que se vengará de los ultrajes y vejaciones a las que han sido sometida tanto ella como sus compañeras, desenmascarando a quienes tejen los hilos de esa tremenda red de tráfico de mujeres. Lo que todavía no sabe es que quienes tienen las llaves de sus grilletes son personalidades de la política, los negocios e incluso de las fuerzas de seguridad del Estado y que contará con la inestimable ayuda de un misterioso motero y una valiente guardia civil.




IMPRESIONES:

El 25 de agosto de 2003 los restos de Edith Napoleón –una subsahariana natural de Sierra Leona- eran encontrados en unos contenedores de basura de Boadilla del Monte. Llegó a Madrid unos meses antes y vivía junto con dos amigas en un piso de Móstoles. ¿Su pecado? Ejercer la prostitución y encontrarse en la Casa de Campo de Madrid la misma noche en que su asesino, José Luis Pérez-Carrillo, un empresario de treinta y cinco años, decidió darse un homenaje. Días después declararía ante el juez que cuando se despertó ella se encontraba así en su habitación, muerta. Como atenuante, indicó que había bebido “garrafón” en distintos locales y que por ello perdió el control.

Después de darle un fuerte golpe en la cabeza, descuartizó el cuerpo, para acabar tirándolo en unos contenedores de basura. El crimen se pudo descubrir gracias a que las prostitutas de esa zona tienen un código de seguridad, que consiste en cuando una se sube a un coche, las que están a su lado apuntan todos los datos posibles del cliente. En este caso, se quedaron con el modelo del coche de Pérez-Carrillo y su número de matrícula (aunque confundieron dos números) y la policía hizo el resto.

Con la investigación y resolución de este caso (real) conoceremos a Luca, una joven y brillante guardia civil recién salida de la Academia y a su jefe, el Capitán Gonzalo, al que admira profundamente por ser un hombre íntegro y que valora su trabajo. Este caso le servirá de trampolín para abordar uno mucho más complejo, del que no puede ni imaginarse los derroteros que tomará.

Porque en este sobrecogedor thriller, Antonio Salas nos ofrece el fruto de su experiencia en las diversas incursiones en las que ha participado para confeccionar una trama donde la corrupción en estado puro lo envuelve todo, ya que se dan cita temas tales como el narcotráfico, la prostitución, el blanqueo de dinero, la corrupción política y policial o el tráfico de mujeres y armas. Y todo esto gracias a la denuncia formulada por Álex, la protagonista de esta historia, que pasaría a convertirse en la testigo protegida DPA123B y que daría lugar a un inmenso sumario sobre corrupción donde fueron imputados cientos de policías, además de políticos, empresarios o sindicalistas que a su vez dieron lugar a casos tan mediáticos como el Pokemon, Carioca, Campeón, etc.



Los personajes:

Son muchos los que aparecen en la novela para darnos una perspectiva de cómo funciona este submundo, pero tres de ellos son decisivos:

- Alexandra Cardona (Álex), una joven colombiana de diecinueve años, estudiante de Quimicas en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, que se ve obligada a huir de su país tras ser testigo de cómo unos indeseables matan a su novio en plena calle por un asunto de drogas del que ella no tenía conocimiento. Por ello, acepta un contrato de trabajo y llega a España donde acabará ejerciendo la prostitución en el Club Reinas, de Lugo. Con ella viviremos los momentos más extenuantes, descubriendo la penosa realidad en la que se ve atrapada sin posibilidad de evadirse y seremos testigos de su lucha diaria por escapar de su encierro y denunciar a sus proxenetas. Su inteligencia e ingenio le ayudarán a salvar más de un obstáculo.

- Black Ángel, un free-biker mercenario que a bordo la Dama Oscura, su Harley, intenta encontrar su sitio en el mundo del tráfico de armas. Para ello, acude a todas las concentraciones y los motoclubs del país, que funcionan como auténticas hermandades y sus miembros, rebeldes contra el sistema y con una larga lista de antecedentes penales –además de sus tatuajes- lucen en sus chalecos de cuero el símbolo del 1%. Oficialmente trabaja como fotógrafo para revistas especializadas, pero su intención es ponerse a las órdenes de Bill el Largo

- Luca, una joven guardia civil recién salida de la Academia de Baeza a la que en breve regresará para terminar el curso de ascenso a cabo. Desde la resolución del caso de Edith Napoleón no deja de dar vueltas a la idea de involucrarse en temas relacionados con inmigración, pues intuye que se cometen muchas irregularidad y que el planteamiento policial no es el correcto. Para colmo no consigue localizar a su amiga Claudia, con la se había formado en Baeza, que acaba de ser expulsada del Cuerpo por ejercer la prostitución, algo que ella se niega a admitir.

Y son determinantes porque a través de ellos conoceremos como funcionan tanto la prostitución (conociendo el devenir diario de la vida de Álex en los diferentes clubs por los que pasa), como la extensa tela de araña que conecta a los narcos con la política, el empresariado o la policía (de la mano de Black Ángel). Luca, la guardia civil, también se infiltrará en uno de estos clubs de carretera como camarera y será testigo de la realidad de estas mujeres que viven esclavizadas por tener que pagar una deuda que nunca conseguirán reembolsar mientras duran los tres meses en que su visado como turistas sigue en vigor para luego pasar al régimen de ilegales con el miedo perenne a ser deportadas a su país de origen y que sus familias sufran las consecuencias.             

La trama está perfectamente urdida y a pesar de su dureza, deja un resquicio a la esperanza con un final colosal. Estructurada en capítulos cortos, el lenguaje es sencillo, directo y con los típicos localismos que no entorpecen la lectura, ya que su significado es fácilmente deducible y confiere credibilidad dado el origen de la protagonista. El ritmo es endiablado hasta dejarte sin aliento, y si tenemos en cuenta que es una historia real, en algunos momentos nos vemos desbordados.

"No podía resistirse. Estaba allí para eso. Mejor resignarse y tratar de que terminase cuanto antes. —Vale, papi, yo se la chupo, tranquilo. —Y se puso de rodillas, sumisa y sometida, ante el funcionario, que estaba cada vez más excitado. El tipo tenía prisa por meter su miembro en algo húmedo, y solo cuando encontró sus ojos a la misma altura que el falo del putero se dio cuenta de que el pene también estaba desnudo y sucio. El olor, a orín reseco mezclado con sudor, la golpeó en la cara, infiltrándose por sus fosas nasales, hasta clavársele en el cerebro. Apenas resistió las náuseas. Tendría que respirar por la boca para no marearse con el hedor. Pero lo peor no era la pestilencia, sino que el pene estaba desnudo. Nuevo error de novata, la situación la había desbordado totalmente y había olvidado colocarle el preservativo—. Un segundo, mi amor, deme un segundito solo para coger el… —intentó decir la colombiana, pero no pudo acabar la frase. El tipo ya había colado el miembro en su boca antes de que pudiese terminar de pronunciar la palabra condón. No estaba dispuesto a esperar. (Página 183).



En cuanto a los escenarios, magníficamente retratados, de la mano de Antonio Salas viajaremos no sólo por la geografía española (Lugo, Madrid o Barcelona), sino que Black Ángel nos trasladará a Andorra o México, también conoceremos el Bogotá en el que se movía Álex y su prima o la Rumanía en la que creció Blanca, la mejor amiga de Álex en el burdel y donde fue secuestrada por el despreciable Vasile Cucoara, alias Vlad en homenaje a Vlad Tapes, el empalador.



ENLACES DE INTERÉS:

Web oficial de Antonio Salas

Twitter de Antonio Salas

Si quieres leer el primer capítulo de la novela, pincha en este enlace.




CONCLUSIONES:

Operación Princesa es una novela cruel y despiadada en muchos momentos que encaja a la perfección con el carácter estoico de sus protagonistas, que consigue seducir al lector desde la primera página hasta la última, porque nos suscita todo tipo de sentimientos antagónicos, desde la cólera hasta la extenuación pasando por una lenta y agónica avenida de sinsabores ante cada uno de los tremendos incidentes, tan ciertos como espeluznantes, de los que somos testigos.

Una novela impactante, absolutamente recomendable, que a algunos dejará en estado de shock.




viernes, 14 de marzo de 2014

APACHES, de Miguel Sáez Carral


DATOS PRÁCTICOS:

Título: APACHES
Autor:  Miguel Sáez Carral
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-12470-2                    
Páginas: 640
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Presentación: Rústica con solapas




Hace unos días comentaba con otra bloguera que últimamente me estoy volviendo muy selectiva con las lecturas. Esto no significa que lo que elija sea mejor o peor que lo que lean los demás, sino que por fin me he dado cuenta de que lo que soy capaz de leer se puede cuantificar más o menos por meses o, a lo sumo, por años y sólo quiero leer aquello que me tiente realmente, dejando de lado aquello que sea susceptible de acumular polvo en la estantería y no pueda sacarlo adelante y teniendo en cuenta que mes a mes siguen apareciendo caramelitos entre las novedades de las editoriales y siempre hay libros que me resultan mucho más atractivos, la bola de nieve entra en una espiral que me supera.

Por ello, cuando me recomendaron esta novela, al no sonarme el nombre del autor –esta es su segunda novela-, ni llamarme la atención el título (¡para historias indios estaba yo…!), la desestimé sin más. Menos mal que me insistieron, e hicieron bien, ya que al leerme el dossier de prensa comprendí que tenía todos los ingredientes que suelo apreciar en una novela. Así que ahora estoy aquí, intentando explicar las razones por las que creo que debéis leer este libro:



EL AUTOR:


De la solapa de la novela, he sacado la siguiente información:

Miguel Sáez Carral (Madrid, 1968). Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, inició su carrera como redactor de la agencia Efe para trabajar después en otros medios de comunicación. Abandona más tarde el periodismo para dedicarse a la creación de guiones. Guionista de media docena de series de éxito, además ha sido jefe de guion de Al salir de clase, responsable de la adaptación, jefe de guión y argumento de Sin tetas no hay paraíso y creador de Homicidios. Con su labor ha ganado todos los premios de su profesión, entre ellos el TP de Oro y el Ondas.




ARGUMENTO:

Tras el infarto sufrido por el padre de Miguel, nada volverá a ser lo mismo en su familia, aunque el detonante que desencadenó la espiral en la que se verán sumidos comenzó dos años antes, tras la muerte de su madre.

Entonces su padre, acostumbrado a proteger a los suyos de cualquier sufrimiento, cayó en una profunda depresión y no pudo o no supo asumir el gobierno de su existencia, tesitura que aprovecharon sus socios para estafarle. Y una vez que fue consciente de ello, en vez de plantar cara a la situación explicándoles a sus hijos la realidad en que se veía inmerso, se endeudó hasta las cejas pidiendo a sus hijos mayores que le avalaran en los créditos que fue solicitando para levantar un antiguo taller de joyería de su propiedad al que se aferró como una tabla de salvación. Pero aquello no resultó y también sus colegas le dieron la espalda. Por si fuera poco, los bancos empezaron a reclamar su parte y la amenaza del embargo de casas y nóminas acechó a sus hijos.

Es entonces cuando Miguel, abrumado, decide ayudar a su padre arriesgando su presente y su futuro aunque le vaya la vida en ello. Regresa a su barrio y con la ayuda de su amigo de la infancia, Sastre, determina reclamar lo que a su familia le pertenece, entrando en una vorágine de robos y asaltos donde los obstáculos se mezclarán con los sentimientos más profundos, haciendo peligrar todo lo que ha conseguido cuando se enamora de Carol, su amor de adolescencia, que en la actualidad es la amante del amo del barrio.




IMPRESIONES:


“Allí, en un bosque de pinos enormes, jugábamos a ser apaches. La causa de que en nuestros juegos eligiéramos ser apaches en lugar de vaqueros como el resto de los niños del mundo fue mi padre. Él sostenía que en las películas del Oeste, los vaqueros eran ladrones y asesinos que querían robarles sus tierras a los indios americanos. “Los indios eran los buenos”, decía mi padre.”  (Página 36).

Posiblemente el título de esta novela llame la atención a quienes vean el ejemplar por primera vez en los anaqueles de cualquier librería, pues la foto de la portada, como podéis observar al principio de esta reseña poco tengan que ver, ya que lo que se aprecia en primer plano es una pareja, cogida de la mano, que camina con paso firma hacia su destino. Quizás el subtítulo, más contundente, nos acerca más a la historia que viviremos dentro de sus páginas: “Lucha por lo que importa cueste lo que cueste”. Por ello he querido extractar un párrafo de la novela para que entendáis por qué el protagonista y su amigo Sastre tienen tan claro el rumbo que han de tomar sus vidas.

Y es que el infarto del padre de Miguel marcará un antes y un después en la vida de toda la familia, ya que a raíz de ese momento los hermanos descubrirán no sólo la situación financiera de su progenitor, sino la estafa sufrida poco después de la muerte de su madre. Será el momento en el que Miguel regrese a su barrio, localice a sus antiguos amigos, a la niña de la que se enamoró en su adolescencia convertida en toda una mujer y el aliento necesario prestado por Sastre que más que un amigo incondicional es un hermano, para reclamar justicia, aunque esta sea más bien poética, porque la otra rara vez entiende de lealtades y traiciones que no se pueden argumentar como pruebas ante un juez. Y tendrá que recurrir a la ley de la calle, la que le inoculó su padre desde su infancia con su ejemplo.

Para ello, el autor nos remite a principios del año 94, momento en el que se sitúa la historia, aunque esta, para entender mejor tanto al protagonista como al largo elenco de personajes que aparecen en la narración, en ocasiones nos retrotrae a décadas anteriores, durante la infancia y adolescencia de Miguel y Sastre. La acción se localiza en el madrileño barrio de Tetuán y está narrada en primera persona. Y la concatenación de personajes, localización y estilo narrativo dará origen a una novela redonda, por la habilidad y destreza derrochada por Miguel Sáez a la hora de ejecutarla. Os explicaré las razones:


Los personajes:

Podríamos clasificar a los personajes que aparecen en esta novela en dos grupos: por un lado, estaría la mayoría de ellos, que sin ser ejemplares, son personas de carne y hueso, con sus filias y sus fobias y con los que podríamos toparnos en la cola del supermercado. El mismo protagonista y su familia pertenecerían a este grupo porque hasta que la desgracia se cebó con ellos, trabajaba como periodista en una agencia de noticias, vivía con su novia - abogada por más señas- y llevaba una vida normal y corriente. En el otro grupo, estaría su amigo Sastre, quien junto con el Boris y el Dela se dedican a asaltar camiones para luego malvender en el mercado negro el fruto de sus fechorías. Por otro lado, encontraríamos al Chatarrero y sus secuaces, un advenedizo en el barrio que a base de trapicheos ha conseguido hacerse un hueco y que pretende hacerse con la voluntad de los vecinos. Pero todos y cada uno de ellos están descritos con precisión, tanto en lo físico como en lo psicológico y somos capaces de ponernos en sus zapatos porque a todos entendemos, incluso cuando algunos de sus actos nos parezcan indecentes (es complicado justificar un atraco, por ejemplo), entendemos las razones y vivimos con el alma en vilo cada vez que se ponen el pasamontañas. Y entendemos y nos identificamos con el padre de Miguel, o con sus hermanas y su exnovia, la ansiedad que hace mella en sus relaciones sabiendo en lo que se ha convertido. O las razones que llevaron a Sastre a caminar por el lado peligroso de la vida, ya que no todos tienen la oportunidad de cambiar su destino.


El barrio de Tetuán:

Tetuán es una almendra situada junto al distrito financiero de Madrid. Sus límites están perfectamente delimitados: Cuatro Caminos, con la popular calle de Bravo Murillo que forma parte de él; la Avda. Pablo Iglesias, el Paseo de la Dirección y el de la Castellana. La gente que lo habita es de clase media-baja, obreros de la construcción en su mayoría, herederos de aquellos que un siglo antes se asentaron como consecuencia de la inmigración. Pero el barrio que Miguel nos presenta no es aquel, del mismo modo que el Madrid de aquella época no es el de la década de los noventa. Aún así, todavía quedan vestigios de aquellas épocas en el aspecto meramente arquitectónico: aquellas casas de fachadas rudimentarias que denominaron baratas, con un acentuado carácter rural, de una planta y con patio o jardín o de dos plantas que utilizaban la baja para un comercio o pequeño negocio.

Pero si hay algo que caracteriza a un barrio, eso son sus habitantes y los de Tetuán se conocen en su gran mayoría, como nosotros lo vamos haciendo a medida que pasamos páginas, gracias a la pericia del autor. Ellos saben a lo que se dedica cada uno, el grado de honradez de cada miembro de una familia, sus vicios y sus virtudes y se ayudan entre ellos cuando lo pasan mal –es la ley del barrio, casi un dogma de fe- y lo que tienen que callar cuando la pasma pregunta. Aunque todo eso está cambiando, fruto de la especulación y la codicia, y la solidaridad empieza a resquebrajarse, por lo que hay que ponerle remedio y Miguel y Sastre lo intentarán al menos, porque son apaches.



Estilo:

Más de una vez he comentado que si me dan a elegir, prefiero  las novelas escritas en tercera persona antes que en primera, pero obvio es que esta novela sólo podía escribirse de la segunda manera para poder sacarle en mayor interés posible a la historia de cara al lector. Es verdad que cuando empecé a leer las primeras páginas la primera duda que me vino a la cabeza fue la de ¿pero esto es verdad? ¿realmente está basada en hechos reales? Todo eso independientemente de que real o ficticio me daría lo mismo porque la novela, como ejercicio de entretenimiento, no puede ser más contundente. Pero es que desde las primeras páginas la sensación de empatía con el protagonista es inmediata, el autor genera un clima de intimidad tal con Miguel que resulta sorprendente, que nada tiene que ver con que su personalidad sea lo suficientemente atractiva como para encandilarte, sino que comprendes sus motivaciones, sus impulsos, su impotencia y todos los sentimientos que en él se originan como propios. Como no podía ser de otra manera, siendo el autor un guionista de series de televisión consolidado y con muchos premios en su haber, la novela es muy cinematográfica, puedes ver cada escena porque está minunciosamente descrita y si a eso le añades un ritmo tan dinámico como un torrente, donde la acción no cesa ni un momento, blanco y en botella.

Para terminar, también tengo que decir que Apaches es una novela cruel e implacable en muchos momentos, hasta el punto que agradeces el final de algunos capítulos para hacer una pausa y meditar sobre lo que estás leyendo, pero también hay momentos sublimes, porque dos son los temas trascendentales que se abordan en esta historia, posiblemente con el mismo peso específico: el amor (en todas sus vertientes) que da pie a entender el por qué de todo y la venganza, que influye decisivamente en el personaje para hacerle que no pierda el norte y sepa, en todo momento, la razón de su proceder.




REFLEXIONES AL MARGEN:

Como veo que últimamente se está debatiendo continuamente el si una novela es negra o no en virtud de su temática y que aunque algunos autores, por activa y por pasiva se hayan pronunciado con respecto a su obra (caso de Víctor del Árbol o el mismo Miguel Sáez como es el caso), negando la mayor, os daré mi propia opinión al respecto: Aunque sí es criminal (se producen varios asesinatos), esta novela no es negra si nos atenemos al concepto clásico nacido en Estados Unidos en la segunda década del siglo pasado y que asumiendo que el espíritu primigenio en el que se basaban sus tramas –el mundo del gansterismo y el crimen organizado- ha ido evolucionando como la propia sociedad, inventando y sofisticándose las nuevas fórmulas de corrupción (narcotráfico, trata de blancas, prostitución, etc.). Porque, precisamente, ahí reside el matiz que define precisamente la novela negra como tal: el ejercicio de la corrupción nacida de la necesidad del enriquecimiento personal rápido y excesivo de los líderes del crimen organizado corrompiendo a cuantos estamentos se crucen en su camino para que miren hacia otro lado a cambio de dinero.

Esta novela, si tuviese que poner un símil, sería un Puerto Hurraco castizo, donde lo único que se persigue es la venganza. Al igual que los hermanos Izquierdo quisieron vengar el incendio de su casa en el que pereció la madre de éstos, provocado por los Cabanillas, Miguel intenta apropiarse de los bienes de los socios de su padre hasta saldar el valor de lo estafado, que le llevaron a la ruina aprovechándose de la depresión galopante en la que se encontraba tras la muerte de su esposa. Y para ello, no había otra salida, ni otra fórmula que la ley de la calle.

Si acaso, Apaches es una novela de amor puro y duro en todas sus acepciones. No hubiese sido posible si Miguel no quisiera a su padre como le quería; amor que es recíproco porque para el padre su familia lo era todo en su vida. O el que sentía por sus hermanas, o por su amigo Sastre, al que consideraba un hermano, aunque llevasen años sin tratarse. Por no hablar de su relación con Carol, que hace tambalearse todo aquello que ha conseguido en unos meses… En definitiva, el motor que convierte a esta novela en lo que es y le otorga toda la credibilidad.




CONCLUSIONES:

Durante unos días he vivido en territorio apache y os puedo asegurar que me va a costar salir de la reserva. Y pocas veces me ha dado tanta lástima el ver que una novela se me escapaba de las manos, porque a medida que avanzaba en la lectura vislumbraba, muy a mi pesar, que se me iba agotando la dicha de disfrutar de una historia irrepetible. Como podéis comprender, eso sólo ocurre con las buenas novelas, que podrán convertirse en bestsellers o no –sin duda Apaches tiene todos los ingredientes para serlo-, pero de la que os puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que formará parte de escasa lista de inolvidables que guardo como oro en paño en mis estanterías.