sábado, 17 de mayo de 2014

LA SONATA DEL SILENCIO, de Paloma Sánchez-Garnica


DATOS PRÁCTICOS:

Título: LA SONATA DEL SILENCIO
Autora: Paloma Sánchez-Garnica
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-12705-5                                       
Páginas: 896
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta




Cuando en junio de 2012 leí Las tres heridas, de Paloma Sánchez-Garnica, comprendí que era una escritora a la que debía seguir, pues me encantó aquella historia que transcurría a partir del día en que se produjo el Alzamiento Militar que dio origen a la Guerra Civil. Me gustó todo de la novela, la trama principal y la secundaria (la obra transcurre en dos momentos históricos distintos, alternando pasado y presente), el trasfondo, los personajes, las descripciones y la multitud de anécdotas que en ella se narraban. Tuve claro que el éxito que alcanzó la novela no iba a ser flor de un día y que la autora se convertiría en alguien a quien leer en el futuro. Por ello, cuando me enteré que salía al mercado un nuevo libro de Paloma Sánchez-Garnica, me faltó tiempo para conseguirlo y hoy es el día en que quiero hablaros de lo que su lectura me ha supuesto.


LA AUTORA:

Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), licenciada en Derecho y en Historia, en la actualidad se dedica a escribir. Llegó a este mundo por casualidad, como ella misma afirma, pero lo ha hecho con paso firme y, hasta el momento, son cinco las novelas que ha publicado:

- El Gran Arcano, en 2006, con Plaza & Janés. 
- La brisa de Oriente, en 2009, con Plaza & Janés.
- El alma de las piedras, en 2010, con Espasa
- Las tres heridas, en 2012, con Planeta
- La sonata del silencio, en 2014, con Planeta.



ARGUMENTO:

Cuando Marta Ribas y Antonio Montejano se casaron, lo tenían todo en su mano para ser felices, pero la guerra y un mal entendido sentido de amistad por parte de él trastocaron sus sueños e ilusiones y, por tanto, sus vidas. Él era médico, ella ansiaba convertirse en pianista profesional, pero los derroteros de la vida les llevaron a renunciar a sus anhelos más profundos. También a su status social, convirtiéndose en pobres de solemnidad de la noche a la mañana a raíz de una acusación de homicidio que Antonio no había cometido, pero por el que fue a la cárcel, de la que salió por la ayuda prestada por sus amigos. Por ello, cuando Antonio enferma y tiene que ser hospitalizado, Marta se ve sin ingresos de ningún tipo y comienza a trabajar como asistente personal de una mujer de negocios italiana, muy rica, que se hospeda en el Hotel Palace, gracias a la intermediación de Don Próculo, un sacerdote amigo de la familia. Pero eso no le vale al vencindario en el que vive ni a los que se consideran sus amigos, que no dudan en cuestionar su trabajo y actitud. Tampoco su marido lo acepta y la obliga a abandonar su actividad a pesar de que gracias a ella pueden saldar todas sus deudas y vivir dignamente.

Pero esto sólo será la punta del iciberg de una historia que transcurre durante la postguerra y una intrahistoria en la que la indigencia y la abundancia se dan la mano y en la que podemos ser testigos del los ambientes más populares del momento o el carácter típico de los madrileños de la época en diferentes entornos.





IMPRESIONES:

Normalmente el título de una novela –aparte de su argumento- es el mejor de los reclamos y, en este caso, es todo un acierto, porque el alma de la historia queda resumida en esas cuatro palabras. No obstante, no es sólo la música uno de los ingredientes básicos de la misma, así que intentaré explicar por qué a mí me lo ha parecido. Efectivamente, a lo largo de las páginas nos encontraremos con que un músico de renombre internacional compone una pieza musical en honor a la protagonista cuyo título es el mismo. Por otro lado, el título me ha parecido una analogía del devenir de la existencia de Marta y su hija Elena, ya que una sonata es, a fin de cuentas, una composición para uno o dos instrumentos que se estructura en tres o cuatro tiempos. Obviamente, los instrumentos serían ellas y los tiempos los momentos que van determinando su evolución personal. El silencio vendría de serie, porque en ambos casos, tanto madre como hija se guardan demasiada información vital para ellas, que de haberla comentado en el momento adecuado, no hubiese dado lugar a un mutismo envenenado que sólo beneficia a otros.

La acción se desarrolla en el Madrid de 1946, aunque no puede decirse que se trate de una narración lineal al uso, ya que a medida que vamos avanzando en la trama, se nos remitirá al pasado para que podamos entender la realidad y el por qué de muchas circunstancias. Por ello, nada mejor para entender un poco esta historia, que hacer un breve bosquejo de los personajes, dado que son la base sobre la que se asienta esta interesante historia:

- Antonio Montejano: Esposo de Marta y médico, aunque abandonó su profesión al poco tiempo de iniciarla tras un accidente de automóvil que segó la vida de su padre y de cuatro de sus hermanos. Tuvo que hacerse cargo de la tienda de antigüedades que regentaba en la calle Alcalá. Pero el negocio se vino abajo como consecuencia de la guerra, ya que un bombardeo asoló el local por completo junto con el material que en él almacenaba. Tiempo después, una vez terminada la contienda, fue inculpado de un asesinato que no cometió, por lo que entró en prisión, saliendo en poco tiempo gracias a la colaboración de sus amigos. Pero le resultó imposible encontrar empleo, ya que los expresidiarios difícilmente pueden librarse de esa marca  imborrable que les acompañan de por vida, por lo que no le quedó otra que trabajar para su amigo Carlos en su notaría, por un sueldo ridículo que apenas da para pagar el alquiler de la casa en la que vive junto a su familia y sin seguro médico.

- Marta Ribas: Es la abnegada esposa de Antonio y la protagonista indiscutible de la novela, ya que toda la trama gira en torno a ella. Hija de diplomáticos, su educación fue muy esmerada hasta el punto de dominar varios idiomas. De joven quiso convertirse en pianista profesional, pero la guerra y la concatenación de distintos errores cometidos por su esposo frustraron sus sueños. Aunque se casaron muy enamorados, el carácter de su esposo a lo largo de los años hizo mella en sus sentimientos y a pesar del rencor acumulado por las situaciones que tuvo que torear, la sumisión parece formar parte de su ADN. Cuando su marido enferma y se encuentra sin ingresos, encuentra un trabajo en el que además de sentirse realizada y feliz, le permite llevar una vida digna, pero que acaba abandonando ante la insistencia de su esposo.

- Elena Montejano: Hija única de Antonio y Marta, es una joven humilde y esencialmente buena. Su respeto a la autoridad paterna se hace más que evidente cuando acepta un matrimonio apañado entre su padre y un vecino del inmueble en el que viven, machista hasta la médula, que la llevará por el camino de la amargura desde el primer día, aún estando enamorada de un músico callejero.

- Rafael Figueroa: Amigo íntimo de Antonio desde la infancia. Nacieron el mismo año y vivieron siempre en el mismo edificio. Casado con Virtudes, ejerce como Notario. Su oficina se encuentra en el piso que antes de la guerra habitaban los Montejano. En el momento de iniciarse la acción, tiene tres hijos: Virtuditas, Basilio y la benjamina Julia que se lleva tres semanas con Elena Montenajo, su mejor amiga.

- Virtudes Molina: Esposa de Rafael, conoció a su marido cuando este llegó a Betanzos para ocupar su primera plaza como notario. Además de ser poco agraciada en lo físico, su carácter también deja mucho que desear. Víbora y santurrona a partes iguales, no dudó en urdir una trama junto con su madre para embaucar al notario y casarse con él.

- Basilio Figueroa: Único hijo varón del matrimonio Figueroa Molina. Es un joven tarambana que aparentemente estudia Derecho para posteriormente seguir la estela de su padre, pero que prefiere dilapidar su tiempo y su dinero entregado a sus muchos vicios, a caballo entre la prostitución y el consumo de cocaína. Éste último le llevará a convertirse en esbirro de un “notable”  mafioso de origen alemán para poder costeárselo.

- Mauricio Canales: Vecino del inmueble, un personaje sin escrúpulos que utiliza su cargo en la judicatura para su propio beneficio. Viudo desde poco tiempo después de casarse, no tuvo reparos en agenciarse con todo el patrimonio de su esposa y sus suegros. Durante un tiempo tiró los tejos a la hija mayor de los Figueroa, para acabar casándose con Elena Montejano.

- Eutimio Granados: Oficial de la notaría de Rafael Figueroa. Es un hombre taimado, interesado y aprovechado acostumbrado a hacer el trabajo en la oficina de manera impecable y mucho mejor en la calle, donde se encuentra como pez en el agua nadando en el submundo del estraperlo y los bajos fondos.

- Don Próculo Calasancio: Amigo desde la infancia de Antonio y Carlos, ya que eran compañeros del colegio, la amistad con el primero se afianzó mucho más en la facultad, ya que ambos eligieron cursar la carrera de medicina. Aún así, los tres fueron, sobre todo, amigos de correrías en su juventud. Precisamente en una de ellas, Próculo se vió envuelto en una pelea nocturna en la que dejó a su enemigo tirado en el suelo e inconsciente. A los pocos días se enteró que había muerto esa misma noche, atropellado por un vehículo y decidió abrazar la religión para purgar su desazón. De ese modo pasó a convertirse en sacerdote y, por su condición, aglutina en su persona los secretos más íntimos de las dos familias, aunque está obligado a guardar silencio al haber sido formulados en el confesionario.

- Celia Baldomero: Estando recién casada, a los pocos días de su boda su esposo, Benito Olmedo, murió, convirtiéndose en una viuda prematura y sin ningún ingreso. Por eso, poco antes de quitarse el luto, decidió convertir  su casa de ocho dormitorios, situada al principio del Paseo de Santa María de la Cabeza y por lo tanto muy próxima a la estación de Atocha, en una pensión. Después de unos años de relativa tranquilidad en lo económico, pues su clientela era prácticamente fija, llegó la guerra y sus planes se desbarataron, ya que unido a las carencias propias de la contienda espantó a sus huéspedes, por lo que el negocio pasó a convertirse en una casa de citas, alquilando las habitaciones por horas y evitándose, de este modo, las tres comidas que daba a sus clientes. A través de ella conoceremos cómo funcionaba ese submundo y cómo se comportaba su clientela.

Y, por supuesto, también está la Música, a la que podemos considerar un personaje más. No sólo está presente en el título como os decía al principio, sino que lo está a lo largo de las páginas de este libro. De hecho, todos los capítulos están titulados y, muchos de ellos, hacen referencia a distintas piezas musicales de compositores consagrados. Lo sorprendente de todo es que la autora, en los agradecimientos, nos comenta que aunque es capaz de alcanzar la máxima emoción al escucharla, no se considera una entendida en este arte, por lo que se ha servido de los conocimientos de Carmen Luque y Pedro Ramos, pianistas o de Fernando Turina, Julio Alexis Muñoz, María José Zamora y algún otro para entender mejor y de ese modo transmitirnos lo que sienten los músicos a la hora de interpretar una pieza musical, ya que algunos de los personajes de esta historia lo son.

Me ha fascinado el modo en que Paloma Sánchez-Garnica retrata a la sociedad de la época, de ese amargo trasfondo en el que no sólo las leyes, sino la mentalidad de las gentes marginaba a las mujeres, empezando por ellas mismas y un sometimiento enfermizo difícil de entender hoy en día. Esto se plasma en todos los ámbitos: desde el laboral, al personal o penal. Cuando Marta Ribas empieza a trabajar, su vecindario se permite cuestionarla y criticarla, hasta el punto de organización una reunión para tratar el asunto en el domicilio de Rafael Figueroa, a instancias de su esposa, como si estuviese cometiendo un crimen y buscar entre todos ellos una solución, cuando lo único que pretende es vivir con un mínimo de dignidad realizando un trabajo para el que está plenamente capacitada, ya que se mantienen prácticamente de la caridad ofrecida precisamente por su amigo Rafael Figueroa, amigo de la infancia de su marido. Pero Antonio Montejano, su esposo, piensa lo mismo que los demás, hasta el punto de que nada más abandonar el hospital en el que ha sido ingresado por una neumonía, la obliga a abandonar esa fuente de ingresos a pesar de que él no tiene medios ni salud para poder mantener a su familia. Tampoco tiene reparos en que su hija trabaje y la exploten en una zapatería, de sol a sol, por dos reales y entiende que su salario ha de ser más bajo que el de un hombre aunque haga la misma tarea. Porque hay que mantener las apariencias por miedo al qué dirán. Eso por no hablar de infidelidades o adulterios, ya que mientras los hombres pueden cometerlos sin reparos, el que una mujer haga lo mismo implicaría la asunción de un delito por el que podría ir a la cárcel con la simple denuncia del esposo.

En el mismo plano estaría el poder de la Iglesia sobre la ciudadanía, siempre ligada al régimen con el que alcanzó una profunda complicidad y grandes privilegios. Se erigió como la institución adecuada para educar y manipular a los cristianos. Por ello, los ciudadanos estaban obligados a participar en todo tipo de actos religiosos, como bodas, misas y procesiones. También adquirieron el control tanto en la censura como en la educación. En la novela nos encontramos con un personaje –el cura Don Próculo- que es un fiel exponente de todo ello y que por medio del secreto de confesión es capaz de controlar sutilmente pero con eficacia la vida de sus conocidos.

Las descripciones en general son muy someras, pero me ha extrañado este extremo cuando de lugares se trataba. Teniendo en cuenta que la acción transcurre en Madrid, me sorprende que alguien que no conozca la ciudad sea capaz de reconocerla. Es más, los escenarios siempre suelen ser prácticamente los mismos, habida cuenta que la inmensa mayoría de personajes –tanto protagonistas como secundarios- viven en el mismo edificio: una comunidad situada en el número 10 de la Plaza del Ángel. Por poneros un ejemplo, son muchas las veces en que Marta Ribas o su hija salen de su casa en dirección a la Plaza Santa Ana, para luego llegar a la calle Atocha. Pues bien, la autora no nos contará nada acerca de estos sitios, ni un solo detalle y eso que a efectos lúdicos, son unos de los espacios más frecuentados a nivel turístico en la ciudad o una mínima mención a los monumentos que nos podemos encontrar. Lo mismo puede decirse cuando acuden al hotel Palace, situado en la Plaza de Cánovas del Castillo (conocida popularmente como Plaza de Neptuno por el conjunto escultórico que se alza en el centro de la misma) o la Iglesia de los Jerónimos, por poner algunos ejemplos.

La prosa es muy fluida, con un estilo elegante, aunque de ritmo lento. No obstante, ha habido una serie de detalles que en ciertos momentos me han llegado a irritar como es el uso repetitivo de ciertas palabras, como si no hubiese sinónimos suficientes como para recurrir a ellos. Algún ejemplo de ellas sería zaquizamí, siempre refiriéndose al domicilio de los Montejano, que si bien lo era, también se podía referir a él como cuchitril o cuartucho, entre otras; otro ejemplo es la palabra salaz, utilizada siempre en los mismos términos (y no será por palabras equivalentes que se podrían usar). Y lo que más me molestaba es que era rara la escena –mucho más si en ella aparecen hombres- en que estos estén fumando y siempre, siempre, aparece la palabra “pinzar” bien para coger el cigarro entre los dedos o llevárselo a la boca. Hubo momentos en que me la veía venir, os lo aseguro.



CONCLUSIONES:

La sonata del silencio es una novela entretenida y muy interesante, que retrata a la perfección un momento de nuestra historia reciente y la sociedad de la época. Pero, sobre todo, es una novela de personajes impecablemente perfilados, con sus luces y sus sombras y esa sensación de espontaneidad que los hace imprevisibles, con toda la humanidad que eso conlleva.






28 comentarios:

  1. Deseando leerla, la autora se encuentra entre mis preferidas y lo que cuentas me abre el apetito,
    besucus

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  2. No he leído la reseña porque tengo el libro en la estantería y no quiero que me incluyas, vuelvo cuando lo lea y son 800 páginas de nada

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  3. He visto su anuncio y su carátula en Facebook y me había llamado la atención el resumen. Veo que es una lectura de lo más recomendable, aunque el momento histórico en que se encuadra no es de mis favoritos.
    Muchos besos.

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  4. También me convenció esta autora con Las tres heridas, así que este libro lo tengo más que fichadito. Parece que de nuevo nos ofrece otra gran novela, por lo que cuentas.
    Besotes!!!

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  5. Después de leer Las tres heridas, la autora dejo el listón muy alto, espero y deseo que mis expectativas también se cumplan con esta novela. Muchas gracias por tu magnífica reseña. Besos

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  6. Este me llama mucho la atención,aunque quería empezar con el de Las tres heridas antes, besotes y gracias por la reseña.

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  7. Tengo Las tres heridas en casa sin leer pero tu reseña me despierta las ganas de estrenarme con la autora. A ver si le hago un hueco y me gusta tanto que repito con esta novela.
    Besos

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  8. Me apetece mucho leerla, a ver si me hago con ella

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  9. Tiene una pinta muy buena, me gustan los personajes y que la música tenga tanta importancia. Lo que comentas de la falta de descripciones de lugares que se resuelven nombrando las calles es lo que menos me gusta, si no conoces la ciudad no sirven de nada. De todas formas me lo apunto.
    Besos

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  10. Me lo llevo apuntado.
    Tengo pendiente Las tres heridas =)

    Besotes

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  11. Estaba deseando leer una reseña de este libro que me llamaba tanto la atención, un beso

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  12. Tengo todavía pendiente el anterior de la autora, pero este también me lo anoto, me gustan las novelas de personajes
    besos

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  13. Paso de puntillas que lo quiero leer pronto.
    Besos.

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  14. Nohabía caído en lo de las descripciones. ¿Tal vez porque ese ha sido mi barrio hasta que me casé y reconocía cada lugar sin necesidad de que me lo contaran? Me ha gustado mucho esta novela, mejor que la anterior (Las tres heridas)

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  15. No me importaría leerla aunque me parece mucho más atractiva la sinopsis de 'Las tres heridas'. Una pena lo de las palabras repetitivas, parece más una manía de la autora que otra cosa.

    Besos.

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  16. Me gustó mucho "Las tres heridas" y me apetecía también leer este libro, pero la verdad es que frena un poco su extensión. Tendré que animarme.Un beso

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  17. Me gustó mucho otra novela que leí de la autora, así que le estoy siguiendo la pista a ésta, que está dejando buenas impresiones. 1beso!

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  18. No he leído nada de ella. Buscaré alguna opinión más antes de aventurarme.

    Un saludo.

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  19. Fíjate que no he leído nada de esta autora pero la conocí personalmente en una charla. Me pareció muy normal, nada diva, capaz de ir a una charla sin cobrar nada en un centro cultural de las afueras, con pocas personas. Muy natural, sin nada especialmente preparado, se habló como en un grupo de amigos. Una recomendación suya: hay tanto para leer que es preferible leer a autores españoles que extranjeros para que las traducciones no desvirtúen lo escrito en origen. Saludos.

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  20. Me ha llamado bastante la atención el libro después de tu reseña, proque hasta ahora mucha atención no le había prestado. Lo anoto por ahí para tenerlo en cuenta.

    Besotes

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  21. El otro día estuve en la presentación que hizo la autora en el conservatorio de Móstoles, y me quedé con unas ganas tremendas de leer la novela.
    Un beso!

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  22. Mira, inicialmente no se me hubiera ocurrido leerla, pero a medida que avanzaba en tu reseña me ha ido pareciendo más y más interesante! la pongo en mi whistlist!

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  23. Yo ya la he empezado y me está gustando.También me encantó "Las tres heridas"

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  24. yo lo he empezado tambien y me esta encantando

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  25. Sé que esta reseña ya tiene algún tiempo. Yo hace un par de días que la terminé y aún se me peno la piel de gallina cuando pienso en Marta, en su vida, en Elena. Creo que es de esas historias que forman a pasar parte de nuestra alma.
    un beso

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  26. Hacia tiempo , que no me iba con un libro a todas partes, me ha gustado tanto que ya tengo preparados todos los libros de esta autora. Acabo de empezar Las tres heridas y ya estoy enganchada.

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  27. No conocía a esta escritora pero este verano una amiga me dejó Las tres heridas. Lo devoré y hacía mucho tiempo que no pasaba algo así con un libro. Así que de vuelta a casa compré La sonata del silencio y me está pasando exactamente lo mismo. Me encanta, no puedo dejar de leerlo...

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  28. en pocos días me he leído la sonata del silencio y las tres heridas. Buenísimas las dos, no podía dejar de leer. Me ha cautivado tanto que estoy esperando a que mañanaa abran las librerías y poder comprarme otro libro de ella.

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